2011-2015. Serie de 28 fotografías, película color de formato medio y fotografía digital, medidas variables
2011-2015. Serie de 28 fotografías, película color de formato medio y fotografía digital, medidas variables
Viaje a la Quebrada
El verano de 2011 fue el momento preciso para que José Carlos Orrillo iniciara un ritual fotográfico en la Quebrada Santo Domingo (provincia de Trujillo, La Libertad), como homenaje a esta zona arqueológica intangible repleta de geoglifos y abrigos rocosos con la cual mantiene un larga relación afectiva.
Quebrada de Santo Domingo, en primera instancia expuesta al impacto ambiental del Proyecto Chavimochic y en la actualidad invadida por mafias de traficantes de terrenos, es un área vulnerable en riesgo de desaparición localizada en la costa norte peruana, en el límite entre el desierto y el fértil valle de Moche.
Orrillo, con fina sensibilidad capta la diversidad de formas y tonos en la gama del marrón que le entrega el desierto, matices contrapuestos con un cielo azul intenso con tonalidades propias que sirven como marco de fondo en el segundo plano de la vista. Las mágicas cumbres andinas se contraponen en nudos cordilleranos de diferente altura, en ascenso constante en busca de los Apus milenarios inmersos en un espacio infinito.
Los detalles también son importantes. Son el microcosmos del Todo, encerrado en formatos de menor envergadura, que no por eso dejan de trascender. En ellos se guarda la magia cósmica impresa en milenarios geoglifos, recios testimonios dejados por nuestros ancestros o por la generosa naturaleza que nos ha donado espacios de esta magnificencia.
En Viaje a la Quebrada Orrillo nos presenta imágenes captadas directamente en un entorno mágico, donde la luz, la coloración rojiza de los minerales y la profundidad enigmática de los cerros nos transportan a un territorio atemporal, un reino de silencio y contemplación mística, que parece recordarnos que toda la Tierra es un espacio sagrado.
Las últimas exploraciones visuales del fotógrafo han corroborado, por fin, que la ilegal invasión a la Quebrada Santo Domingo continúa lenta pero inexorablemente. Ya han sido destruidos varios geoglifos y las huellas de caterpillars y camionetas 4×4 mancillan hoy un territorio que fue honrado y respetado por nuestros ancestros desde el origen de los tiempos. Aquí debemos encontrar el sentido último y urgente de la serie de las Ofrendas fotografiadas por Orrillo: se trata del registro de sencillos actos rituales de gratitud y despedida, realizados por el artista, hacia un espacio sagrado que quizás pronto ya no existirá más.
La fotografía de José Carlos Orrillo, además de la belleza y sensibilidad que guarda, en este momento se convierte en un testimonio de primera línea al registrar y denunciar la fragilidad por la que atraviesa uno de nuestros más bellos recursos nacionales y culturales.
Nanda Leonardini